Se desata una crisis silenciosa en los Países Bajos. Conocido por sus paisajes pintorescos y sus políticas sociales progresistas, Países Bajos se esfuerza por frenar el fuerte aumento de la adicción al juego. Cifras recientes de la fundación holandesa de información sanitaria, IVZ, dibujan un panorama preocupante.

Desde que se legalizó el juego en línea en octubre de 2021, ha aumentado un 24% el número de personas que solicitan tratamiento por adicción. Esta medida, aclamada como un paso para modernizarse, ha tenido lo que los expertos describen como un “efecto devastador”.

El NRC Press informa de que 450.000 personas más, incluidos adolescentes, se han aficionado a las apuestas desde el cambio de la ley. Verslavingszorg Nederland, una red de centros de adicciones, había previsto un aumento de la búsqueda de ayuda unos a?os después de la legalización. Sin embargo, la realidad ha sido una llamada de atención.

“Lleva tiempo hacerse adicto, lo que significa que los efectos del juego en línea no aparecieron en las cifras durante mucho tiempo”, explica una portavoz de Verslavingszorg Nederland.

Crisis creciente y llamada de atención

Solo en 2023, casi 2.500 personas de los Países Bajos buscaron tratamiento contra la adicción. El 88% eran hombres y el 17% menores de 25 a?os. Estas cifras siguen aumentando, lo que indica una crisis cada vez más grave.

El aumento de la adicción al juego tras la legalización plantea cuestiones críticas sobre las decisiones políticas y su impacto social. Mientras los Países Bajos se enfrentan al problema, el resto del mundo observa y aprende de su experiencia. Se prevé un enfoque equilibrado que permita disfrutar libremente, sin dejar un rastro de adicción a su paso.

Numerosas personalidades públicas hacen un llamamiento a la concienciación sobre esta cuestión. Las partes interesadas quieren unirse y abordar el problema en desarrollo antes de que se descontrole. El futuro de muchos, especialmente de los jóvenes, depende de ello.

Es un toque de atención para los Países Bajos y todos los demás países que luchan contra los cambios provocados por las leyes del juego en línea. La educación sigue siendo clave, y es deber de la salud pública impartir conocimientos para que la gente entienda las consecuencias potenciales ligadas al juego en línea, una llamada a la acción para los responsables políticos, los proveedores de atención sanitaria y la sociedad en general. Al fin y al cabo, hay mucho en juego y el precio de no hacer nada es demasiado alto para ignorarlo.

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